lunes, 15 de febrero de 2016

Hoy

Elevar en el viento la palabra escondida, dejar que el alma se desgarre y hable entre las calles.  Quisiera extrapolar ese sentimiento que me ahoga y que juega con los días.
 Los balcones de enfrente, cerrados y viejos que lloran sin flores acogidas entre sus barrotes oxidados.  Tejados que amargo tiempo cobijan, cortinas que mueren en soledad sin manos que las abracen.
Sube a lo lejos una sirena anunciando un dolor ajeno. Hay voces extrañas en la ciudad que acompañan las horas.
Miro una vez mas al cielo que de tan azul se rompe en la mañana. Sosegar la vida, llorar y reír sin estado físico que la albergue en este cuerpo que anduvo días y que estalla cuando quiere escribir y no sabe como hacerlo.




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