El fin y el principio de los sentimientos
En la serenidad absoluta de las horas transcurridas, ésas donde la vida y la muerte son casi inexistentes, ésas donde el reflejo del alma convive con un todo desbordante e infinito, siento la paz hasta en la punta de los dedos, soy consciente como nunca antes del aire y del sol, de los sonidos, de la mañana y la noche, vivo en ellos y con ellos en una especie de aletargamiento agradable que me responde sin preguntas, sin necesidad de adentrarme en disonancias, es como una burbuja que me cose literalmente al mundo, a mi vida, donde quiera que ésta habite...
Me encanta! El formato,tus palabras,y la alegría de leerte!
ResponderEliminargracias por comentarme!!! Besos enormes!!!
ResponderEliminarSi lo que escribes es cierto, Firulina ( qué lo és) eres de las mías ( qué lo eres) :) me alegra leerte,amiga.
ResponderEliminarVengo siguiendo una estela desde mi carretera.
ResponderEliminarMe alegra leerte, conocer esta prosa poética y reflexiva.
Un fuerte abrazo
Me llamó la atención el nombre de tu blog y tus escritos
ResponderEliminarabrazo
Gracias por seguirme
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